
Nuestro método
El intestino es el órgano más largo de nuestro cuerpo (mide, aproximadamente, siete metros). Por ello, resulta el responsable de una de las etapas más importantes de la digestión. Descompone químicamente los alimentos y absorbe sus nutrientes. Además, desempeña un rol clave en la protección de nuestro organismo. Es que en este viven el 70 % de las células de nuestro sistema inmune (1).
La microbiota está evidenciada científicamente. Conforma el intestino y su influencia en la aparición de determinadas enfermedades (no solo las digestivas). Pero, además, su conexión con el cerebro tiene gran repercusión en nuestro bienestar mental. Con él que se comunica directamente y trabajan en conjunto (2).
Lo más importante
- El intestino es el hábitat natural de alrededor de 100 billones de bacterias de 400 especies distintas. Las mismas conforman la microbiota. Esta cumple funciones metabólicas, protectoras y reguladoras en nuestro organismo (3).
- La poca variedad de bacterias, o un exceso de las nocivas, puede significar la aparición de enfermedades. Incluso, podría poner en riesgo nuestra vida.
- Podemos fomentar el equilibrio de la flora bacteriana. ¿Cómo? A través de los prebióticos (carbohidratos no digeribles) y probióticos (microorganismos vivos de diversas cepas) .
La salud intestinal y los probióticos: Nuestras recomendaciones
- El mejor suplemento vegetariano premium de probióticos
- El suplemento probiótico vegetal favorito de los usuarios online
- El mejor suplemento de probióticos y prebióticos
- El mejor suplemento probiótico económico
El mejor suplemento vegetariano premium de probióticos
¿Buscas un suplemento probiótico de calidad superior que te permita mantener tu salud digestiva en óptimas condiciones? Entonces, el primer producto de nuestra lista te resultará una excelente alternativa de compra. Este complemento alimenticio está compuesto por 30 cápsulas vegetarianas de de 10 mil millones de CFU (unidades formadoras de colonias).
Este producto es libre de gluten, soya, rellenos e ingredientes de origen animal. Por lo tanto, está especialmente indicado para personas vegetarianas. Entre sus principales beneficios, apoya la salud digestiva y fortalece el sistema inmunológico. Además, repone bacterias saludables. También proporciona vitaminas, minerales y enzimas digestivas de proteínas.
El suplemento probiótico vegetal favorito de los usuarios online
¿Eres de los que valoran las opiniones de otros usuarios antes de comprar un producto? En ese caso, te interesará saber que este suplemento probiótico es uno de los favoritos de los compradores en Internet. ¿Los motivos? Fundamentalmente, su calidad y rápida efectividad. ¿Quieres conocer sus principales características? ¡Sigue leyendo!
Este suplemento alimenticio está compuesto por 60 cápsulas vegetales probióticas con 50 mil millones de CFU. No contiene gluten, azúcar, soya, levadura, huevo, maíz, trigo, cacahuates, rellenos, conservantes, ni ingredientes de origen animal. Mejora la salud digestiva y fortalece el sistema inmune. Además, es resistente a los ácidos del estómago.
El mejor suplemento de probióticos y prebióticos
¿Deseas mejorar aún más los resultados de tu suplemento probiótico? Entonces, este producto vegetal compuesto por probióticos y prebióticos te resultará ideal. ¿Por qué? Porque los prebióticos potencian el efecto de los probióticos. Esto se debe a que les sirven como fuente de carbono cuando llegan al intestino. ¡Y todavía hay más!
Los prebióticos disminuyen las infecciones intestinales y ayudan a prevenir el cáncer de colon. Además, aumentan la absorción de minerales y controlan los niveles de triglicéridos y colesterol en sangre, entre muchos otros beneficios. Los probióticos promueven la formación de bacterias benignas, mejoran la salud digestiva y refuerzan el sistema inmunológico.
El mejor suplemento probiótico económico
En este momento el producto comentado no se encuentra disponible en el proveedor. Es por eso que lo hemos sustituido por otro con similares características. Informar de un problema.
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Este suplemento alimenticio contribuye a mejorar el funcionamiento digestivo. Así, disminuye y previene patologías asociadas, como diarrea, estreñimiento, inflamación, flatulencias y cólicos, entre otras. Además, fortalece el sistema inmunológico. Por ende, el organismo se hace más resistente frente a diversas enfermedades.
Lo que debes saber sobre la salud intestinal
La digestión es un proceso sumamente importante para el ser humano. Y es posible gracias al aparato digestivo. Este se constituye por órganos sólidos y otros huecos. Los sólidos son el hígado, el páncreas y la vesícula biliar. Los órganos huecos son la boca, el esófago, el estómago, el ano y el intestino. Este últimos los conecta, conformando el tracto digestivo.
El intestino contiene un grupo de bacterias. Estas contribuyen de manera especial a la descomposición de alimentos y líquidos. La microbiota trabaja para obtener los nutrientes que nuestro cuerpo necesita. Y lo hace en conjunto con los sistemas nerviosos y circulatorios. También con el resto de los órganos del aparato digestivo (2).
La función del intestino y la microbiota
El intestino delgado tiene una longitud de 3 a 5 metros, mientras el grueso oscila entre 1 a 1,5 metros. El primero se encarga de descomponer químicamente los alimentos. Además, absorbe el agua y sus componentes básicos. El segundo procesa los nutrientes restantes y conduce los productos de desecho hasta el ano (4).
El intestino es el hábitat natural de alrededor de 100 billones de bacterias de 400 especies distintas. Estas conforman la llamada microbiota. Aunque no es indispensable para la vida, sí resulta esencial desde el punto de vista fisiológico (3). También es conocida como flora intestinal y cumple tres funciones primarias:
- Función metabólica: Extrae y asimila nutrientes. Además, transforma los residuos de los alimentos con sus procesos bioquímicos.
- Función protectora: A través de un efecto barrera, previene el alojamiento de bacterias nocivas en el ecosistema intestinal.
- Función trófica: Mantiene la estructura y funcionamiento del tubo gastrointestinal, así como el equilibrio de su microbiota. Esta cumple un rol clave en el sistema inmunitario (5).
Influencia de la flora bacteriana en la salud general
La alteración de la microbiota se ha vinculado con patologías gastrointestinales. Por ejemplo, diarrea, síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa. Además, existen estudios que la relacionan con el cáncer de colon. O atopias como eczema, asma, rinitis o alergias. Y también con trastornos autoinmunes, como esclerosis múltiple y diabetes tipo 1 (5).
Otras investigaciones plantean el impacto de la flora intestinal en la obesidad y el síndrome metabólico. Tendría que ver tanto en la aparición, desarrollo o mantenimiento de estas enfermedades (7). El desequilibrio de la microbiota nos hace más vulnerables a infecciones del tracto gastrointestinal. Y puede deteriorar nuestra salud en general (3).
Salud intestinal y cerebro
El cerebro le comunica al estómago si vemos algo sabroso, si sentimos náuseas o si estamos estresados. El sistema intestinal también le envía mensajes al cerebro. Por ejemplo, si comemos algo que nos enferma, probablemente no volvamos a ingerirlo por un buen tiempo. El vínculo ha dado apertura a alternativas terapéuticas que involucran lo gastrointestinal y lo cognitivo.
Cómo mejorar la salud intestinal
¿Y en relación al aspecto alimentario? Comer despacio, en porciones pequeñas y a la misma hora son algunas de las recomendaciones referidas. En cuanto a los alimentos que deben incluirse en la dieta, o aquellos cuyo consumo debe reducirse, se encuentran (8, 14, 15):
Alimentos favorables y recomendados | Alimentos poco favorables o perjudiciales |
---|---|
Frutas Verduras Yogures Legumbres Frutos secos Cereales integrales Carnes magras Pescado Con suplementos probióticos |
Azúcares procesados o refinados Harinas y otros carbohidratos simples Embutidos Carnes rojas Grasas hidrogenadas y frituras Margarinas Alimentos procesados Comidas picantes |
Tomar abundantes líquidos es fundamental para la hidratación. El agua es el principal de ellos. Las bebidas azucaradas y gaseosas deben eliminarse del consumo habitual. Así como las alcohólicas si existen problemas intestinales.
Finalmente, el descanso y el ejercicio son una dupla que no debe faltar. Con descanso nos referimos a mantener patrones de sueño regular, así como controlar los niveles de estrés. El ejercicio es un ingrediente complementario para reducir las tensiones diarias y la ansiedad. Además, pueden incluirse prácticas de yoga, relajación y meditación consciente.
Eliminar bacterias del intestino: ¿es el objetivo?
Algunos síntomas del exceso de bacterias desfavorables son la diarrea, distensión y cólicos. También las flatulencias y pérdida de peso.
Estas pueden tratarse con medicamentos que ayuden el movimiento intestinal. O con antibióticos indicados por un especialista. Estos últimos deben usarse bajo estricta vigilancia médica. Su acción no se limita a las bacterias nocivas. Y un uso incorrecto puede generar resistencia bacteriana (18).
No existen estudios concluyentes sobre las dietas y terapias de desintoxicación. Por ejemplo, ayunos, consumo exclusivo de jugos o ciertos alimentos, laxantes y limpieza con enemas. Sus efectos a largo plazo se desconocen, pero los inmediatos implican pérdida de peso no duradera. También deshidratación, desequilibrios electrolíticos y problemas renales (19).
Impacto de los fármacos en la flora intestinal
Se ha asociado el incremento del uso de antibióticos de amplio espectro con la aparición de diarrea. Algunos estudios indican que entre un 5 y 25 % de pacientes con estos tratamientos mejoran al finalizarlos. El mecanismo de los antibióticos suele alterar la microbiota y la motilidad del tubo digestivo. Además de tener un efecto tóxico o alérgico sobre la mucosa intestinal (21).
Con respecto al resto de los medicamentos mencionados, deben tomarse con menos regularidad. Y con cierta precaución, dentro de lo posible. De ser un tratamiento crónico, es importante que se mantenga un seguimiento médico. Así se podrán tomar acciones correctivas del equilibrio intestinal (20).
Microbiota intestinal en las mujeres
El embarazo suele ser una condición en la que se registran diferentes trastornos digestivos. Por ejemplo, náuseas, vómitos, acidez, flatulencia y estreñimiento (23). Este último es uno de los problemas más comunes. Se estima que alrededor del 50 % de las mujeres sufren de estreñimiento durante la gestación. Los especialistas consideran que se debe al efecto que las hormonas tienen sobre el músculo intestinal. Y a la presión que reciben los intestinos al expandirse el útero (24).
Para regular el tránsito intestinal durante el embarazo están contraindicadas las píldoras laxantes. Es importante preguntarle al ginecólogo si puede usarse algún otro producto o suplemento de venta libre. Y si es necesario seguir utilizando suplementos de hierro. En general, se recomienda incorporar el ejercicio como rutina diaria. También beber mucho líquido y consumir una dieta con alto contenido de fibra. De esta manera, se podrán contrarrestar los problemas de estreñimiento (24).
Desarrollo de la flora intestinal en los niños
Los nacidos por vía vaginal suelen adquirir una microbiota más abundante y variada que los de cesárea. También los bebés alimentados con leche materna, en contraste con los que recibieron fórmulas infantiles. A partir de los dos años el niño comienza a esbozar cuál será la composición de su microbiota en la adultez (25).
El uso de probióticos podría aliviar afecciones digestivas en los niños. Por ejemplo, diarrea aguda infecciosa, diarrea asociada a antibióticos o síndrome de intestino irritable. También asociación al tratamiento de erradicación del Helicobacter pylori, enfermedades inflamatorias intestinales, encefalopatía hepática y Esteatohepatitis no alcohólica (26).
Prebióticos y probióticos para mejorar la salud intestinal
Además, potencian el efecto de los probióticos al servirles como fuente de carbono cuando llegan al intestino. Entre los posibles beneficios que se desprenden de su actividad destacan (27):
- Reducir las infecciones intestinales por patógenos externos y del pH intestinal.
- Disminuir el metabolismo de proteínas y de metabolitos tóxicos.
- Contrarrestar la flora patógena con la proliferación de bacterias beneficiosas.
- Disminuir riesgo de cáncer de colon.
- Controlar niveles de triglicéridos y colesterol en sangre.
- Aumentar la absorción de minerales.
Por su parte, los probióticos son aquellos productos que mezclan diferentes bacterias y levaduras beneficiosas. Al ingerirlas, se alojan en nuestro intestino y mejoran el balance de la microbiota. Así, dificultan la adherencia de agentes infecciosos (28). Además, los probióticos ofrecen los siguientes beneficios (27, 28, 29).
- Mejoran los procesos digestivos.
- Protegen contra enfermedades gastrointestinales. Por ejemplo, diarrea, colitis ulcerosa, enfermedad inflamatoria intestinal y úlcera gastroduodenal.
- Reducen la intolerancia a la lactosa y el colesterol, eczemas, alergias y riesgo de cáncer.
- Tienen efectos contra la obesidad y diabetes.
- Previenen las infecciones respiratorias, del tracto urogenital o en heridas quirúrgicas.
- Mantienen el equilibrio inmunológico.
- Combaten la microbiota patógena.
Cómo incorporar prebióticos y probióticos a la dieta
Los probióticos también se presentan en quesos, yogures y otros derivados lácteos.
¿Estás embarazada, eres menor de edad o presentas alguna enfermedad? En esos casos, se recomienda contar con orientación médica para la elección del producto y tiempo de uso. Es que dependerán del tipo de cepa y su concentración.
La inclusión de ambos tipos de productos con ingredientes vegetales es cada vez más común. Puede ser en formas de jugos comerciales o clarificados de frutas, smoothies verdes y rojos. También de polvos liofilizados de frutas, láminas y preparaciones simbióticas (31). Estas últimas mezclan ingredientes probióticos y prebióticos actuando de manera sinérgica. Por lo tanto, son otra alternativa que puede incluirse en la dieta diaria.
Criterios de compra
Nuestras bacterias intestinales favorables pueden recibir apoyo nutricional. ¿Cómo? A través de los prebióticos y probióticos. Sin embargo, no hay parámetros internacionales para su uso según grupo de edad y condición física. Por ello, es importante recibir orientación médica. Una vez recibida la recomendación de un especialista, resulta necesario tomar en cuenta los siguientes criterios:
- Tipos de prebióticos y probióticos
- Presentación y etiqueta
- Estándares de calidad
- Dosis recomendadas
- Riesgos de los probióticos en la práctica clínica
Tipos de prebióticos y probióticos
El prebiótico es un carbohidrato no digerible. Tiene la capacidad de estimular el crecimiento y la actividad de especies bacterianas específicas del colon. Las más comunes son Lactobacillus y Bifidum. Para que un alimento sea considerado como tal, debe cumplir con tres características:
- Ser un producto natural no fermentado. Y que pueda llegar al intestino sin ser absorbido antes por el esófago, estómago o duodeno.
- Ejercer influencia en la composición y equilibrio de la microbiota del colon.
- Favorecer la producción selectiva de bacterias intestinales que sean beneficiosas para la salud.
La obtención de los prebióticos puede hacerse por la extracción directa de material vegetal. O mediante la combinación de diferentes procedimientos químicos. Los más reconocidos tienen las siguientes indicaciones (27, 32, 33):
Prebiótico | Indicación |
---|---|
Disacáridos (Lactulosa, lactitul) | Estreñimiento funcional, deterioro de la función cerebral conocida como encefalopatía hepática, estreñimiento crónico |
Oligosacáridos (fructo-oligosacáridos (FOS), transgalactosil-oligosacáridos (TOS) y los oligosacáridos) | Síndrome de intestino irritable, prevención de la diarrea asociada a Clostridium difficile |
Polisacáridos (inulina) | Síndrome de intestino irritable, prevención de la diarrea asociada a Clostridium difficile |
Almidones resistentes | Su función no ha sido completamente definida en seres humanos |
Los probióticos son aquellos microorganismos que generan efectos en el tracto gastrointestinal y modifican su microbiota. Los siete géneros utilizados con más frecuencia son Lactobacillus, Bifidobacterium, Saccharomyces, Streptococcus, Enterococcus, Escherichia y Bacillus (34).
Estos organismos microbianos se identifican de manera intraespecífica en cepas, especies y subespecies. No pueden atribuirse efectos beneficiosos de forma generalizada a un género o especie de probiótico. Sino que debe restringirse al tipo de cepas (35).
Presentación y etiqueta
Los prebióticos, en su mayoría, se utilizan como ingredientes alimentarios. Ya sea en galletas, cereales o cremas untables. También en productos lácteos o chocolates, entre otros. En cuanto a los probióticos, se obtienen de algunos alimentos fermentados. Por ejemplo, yogures y quesos, chucrut no cocinado, kéfir, kimchi y salchichas secas de tipo europeo (36).
Además, los probióticos pueden ser añadidos a alimentos no fermentados. Por ejemplo, leches, jugos, batidos, cereales, barras energéticas y fórmulas para bebés. Otras formas de presentación son los suplementos dietéticos. Estos mezclan varias cepas y dosis en cápsulas, polvos y líquidos, entre otros (34).
Es importante que el suplemento de probióticos indique en su etiqueta: género, especie y nombre de la cepa. También la ingestión mínima recomendada para su efectividad y beneficios a la salud. Además del contacto para atención al consumidor (37). La Organización Mundial de Gastroenterología (WGO, por sus siglas en inglés) recomienda revisar las condiciones de almacenamiento. Esto es debido a que algunos requieren refrigeración.
Estándares de calidad
Las cepas probióticas deben tener efectos beneficiosos (38) validados clínicamente para condiciones específicas. Y mantener activa esta capacidad cuando alcancen el intestino. Esto sugiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés). Y la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
Aparte, deben cumplir con ciertos estándares que garanticen la calidad del producto. Por ejemplo, la seguridad por su origen humano o animal y la ausencia de cultivos patógenos. También la funcionalidad al sobrevivir el tracto gastrointestinal y su efecto inmunomodulador. Además de la tecnología de producción. Esta refiere a la capacidad de mantener sus propiedades durante el almacenamiento y la distribución (39).
Dosis recomendadas
La dosis y frecuencia de prebióticos no están estandarizadas internacionalmente. Por lo tanto, cada producto debe indicar su posología según estudios en humanos. Con la cantidad correcta pueden consumirse a largo plazo para prevenir problemas gastrointestinales. No obstante, un exceso puede traer efectos secundarios. Algunos prebióticos contribuyen a reducir el riesgo de enfermedades como cáncer de colon y de mama. También infecciones gastrointestinales, del tracto urinario y vaginosis bacteriana, entre otras (39).
En cuanto a la dosis de probióticos, depende de la cepa y el fabricante. Aunque, en general, se considera necesario que diariamente 5 mil millones UFC alcancen el intestino delgado. Al menos, durante 5 días (5×10 UFC / día) (29). Una mayor cantidad de UFC no se traduce necesariamente en mejores efectos para la salud (36).
La mayoría de los productos de venta libre contienen entre 1–10 mil millones de UFC/dosis. Sin embargo, en ocasiones las dosis varían para que sean efectivos (41). Para obtener sus beneficios los probióticos deben consumirse vivos. Por ello, es importante considerar el número de UFC al final de la vida útil del producto. Y no de su fabricación (27).
Riesgos de los probióticos en la práctica clínica
En personas sanas, el uso de prebióticos y probióticos se considera seguro. No obstante, en pacientes de alto riesgo deben tomarse precauciones. Existe una carencia de información sólida sobre la frecuencia y gravedad de sus efectos secundarios (42).
La WGO aconseja restringir el uso de probióticos a solo las cepas comprobadas mediante estudios en humanos (41). Ciertas investigaciones recomiendan evaluar previamente el riesgo de sepsis en pacientes inmunosuprimidos (43). También en aquellos con enfermedades graves subyacentes. Por ejemplo, diabetes mellitus, valvulopatías o problemas hematológicos. Y en pacientes de cuidados intensivos, con nutrición parenteral y con yeyunostomías. O con síndrome de intestino corto, trasplantados y con cáncer, entre otros (27).
Resumen
El adecuado funcionamiento del aparato digestivo y de los intestinos es clave para nuestro bienestar general. Esto nos permite un mejor procesamiento y absorción de los alimentos que ingerimos. Además, podemos contar con sus propiedades protectoras. La microbiota que lo conforma fortalece nuestro sistema inmunológico. Por ende, disminuye la predisposición a ciertas enfermedades e impacta en nuestra salud mental.
El uso de prebióticos y probióticos no sustituye los aportes de una alimentación equilibrada. Pero puede ayudarnos a mantener el equilibrio de la flora intestinal. Hay una gran variedad de productos presentes en el mercado. Por ello, es necesario determinar sus indicaciones y nivel de calidad. De este modo, podremos escoger el más acorde a nuestras necesidades. Además, es importante consultar a un médico para descartar posibles contraindicaciones. Sobre todo, si presentamos alguna condición grave de salud.
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(Fuente de la imagen destacada: Sobolevskaia: 109663057/ 123rf.com)
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